viernes, 17 de julio de 2015

Fracasa Reforma Energética


Energía y Rendición de Cuentas, A.C.


El pasado 15 de julio se dio a conocer el resultado de la primera fase de licitaciones de la Ronda Uno. Energía y Rendición de Cuentas, A.C., en su presentación celebrada un día antes, se planteó el cuestionamiento sobre si la Ronda Uno sería un fracaso en puerta. Los acontecimientos ocurridos confirmaron esta suposición.


Con sólo dos bloques adjudicados de los catorce originalmente ofertados, llana y sencillamente se puede decir que la Ronda Uno empezó con un rotundo fracaso.


Se presentaron nueve ofertas licitantes, cinco ofertas individuales y las restantes cuatro en consorcio. Es necesario recordar que los nueve licitantes que llegaron a la fase final de esta primera licitación eran principalmente empresas petroleras independientes y de tamaño intermedio. La mayoría de las grandes empresas petroleras no mostró interés siquiera en cumplir con la precalificación para poder presentar ofertas de la Ronda Uno, y de aquellas que fueron precalificadas, sólo ENI y Statoil presentaron oferta en la etapa final


EnergíaRC advirtió que los cambios en la tendencia de precios del mercado internacional de hidrocarburos, así como distintas decisiones de las autoridades en materia energética, ponían en entredicho la capacidad del Estado Mexicano de cumplir con las proyecciones sobre la captación de inversión y de garantizar condiciones favorables a los proyectos de inversión hechos originalmente, y que fueron utilizados como propaganda y argumentos principales durante el proceso legislativo que les dio origen.


La Secretaría de Energía había estimado que durante esta primera fase de la Ronda Uno se adjudicaran entre cuatro y siete bloques, es decir entre el 30% y 50% de los catorce bloques petroleros disponibles. Sin embargo, con los resultados dados a conocer sólo se alcanzó a adjudicar el 14 por ciento de los mismos, correspondiente a los bloques 4 y siete, que fueron ganados por el consorcio conformado por Sierra Oil and Gas, Talos Energy y Premier Oil.


Los dos escenarios previstos en la presentación de Energía y Rendición de Cuentas se cumplieron: no hubo condiciones para que PEMEX participara en las licitaciones de la Ronda Uno –ni siquiera presentó ofertas– y con las licitaciones anunciadas no se alcanzó la inversión esperada por las autoridades mexicanas.

¿Cuál será la respuesta de las autoridades mexicanas ante estos hechos? No sería remoto que a raíz de estos primeros resultados, se revisaran los términos fiscales, las garantías financieras y corporativas exigidas y se disminuyera el nivel de las ofertas mínimas para las fases subsecuentes de licitaciones. Cualquiera de estas tres opciones, representaría evidentemente un incremento a los incentivos de los grandes capitales en detrimento de la industria energética nacional porque significaría que buscarían compensar el insuficiente nivel de los futuras licitaciones rematando las reservas petroleras del país.


El fracaso de la Ronda Uno, aunado a la erosión inducida a Petróleos Mexicanos por la Reforma Energética, así como a la creciente probabilidad de que la petrolera mexicana declare en meses próximos que no cuenta con la capacidad de ejecutar los proyectos previstos en los bloques que le fueron asignados en la Ronda cero, nos lleva a la conclusión de que la Reforma Energética ha fracasado.


El desmantelamiento progresivo de Pemex, que le impidió participar en la Ronda Uno, y ahora el fracaso de las licitaciones, generan condiciones poco prometedoras para el cumplimiento de los propósitos de la Reforma Energética. Recordemos que el discurso oficial garantizaba un incremento de la producción de petróleo y de gas, y que con el objetivo de no mermar la renta petrolera se permitiría la participación privada.


Al no cumplirse estos primeros objetivos, se compromete seriamente la expansión de la producción nacional y la restitución de las reservas. Se disminuye inclusive la capacidad del Estado para llevar a cabo los proyectos de largo y mediano plazo como son los previstos por el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, y demás mecanismos puestos en marcha para garantizar el desarrollo futuro de nuestro país.


En este contexto, es indispensable abrir un debate nacional que esclarezca cuál es la ruta a seguir. La seguridad y el futuro energéticos de México están en riesgo. La Administración Federal en turno ha diseñado un esquema fallido, inviable. Energía y Rendición de Cuentas hace un llamado a la ciudadanía a participar en el debate nacional que se deberá emprender con el objetivo de configurar un rediseño que corrija los errores ya denunciados.

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