Resumen del artículo la autonomía y su significado para las instituciones de educación superior:
La autonomía ha sido una característica altamente valorada por las
universidades desde su surgimiento en el siglo XII. El trabajo
vinculado con la construcción del conocimiento y la formación de
profesionistas, en diversas disciplinas, ha reclamado a lo largo de la
historia libertad académica para los docentes.
Libertad académica
para crear; y autonomía para construir las condiciones de trabajo óptimo
en los procesos de innovación y formación educativa, al margen de
intereses políticos, económicos y religiosos ajenos a la academia. Esta
pretensión ha chocado a lo largo de la historia, con el hecho de que,
las organizaciones de educación superior y los actores que en ellas
participan, crean internamente intereses particulares, con
múltiples vínculos con el exterior, éstos trabajan por alcanzarlos, a
costa incluso de los objetivos de la misma universidad.
Desde el
exterior la universidad es vista como una fuente de poder y conflicto,
por lo que el gobierno y diversos grupos de interés buscan incidir en
ellas y mantener formas de control. En ese contexto, la autonomía
universitaria se presenta como la forma jurídica que mejor posibilita el
encauzamiento de los intereses internos y externos a las universidades y
su subordinación a los fines institucionales.
La sociedad del
conocimiento y la información, hace que la autonomía cobre mayor
relevancia para las instituciones de educación superior, ya que
posibilita formas de organización flexibles y con mayor horizontalidad,
acordes a cada centro de trabajo y a las necesidades del entorno diverso
y cambiante, que permanentemente demanda soluciones innovadoras y
eficaces a los grandes
problemas locales, nacionales e internacionales.
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