viernes, 16 de enero de 2015

En la opinión de: Rocio Huerta Trejo

Resumen del artículo la autonomía y su significado para las instituciones de educación superior:

La autonomía ha sido una característica altamente valorada por las universidades desde su surgimiento en el siglo XII. El trabajo vinculado con la construcción del conocimiento y la formación de profesionistas, en diversas disciplinas, ha reclamado a lo largo de la historia libertad académica para los docentes.

Libertad académica para crear; y autonomía para construir las condiciones de trabajo óptimo en los procesos de innovación y formación educativa, al margen de intereses políticos, económicos y religiosos ajenos a la academia. Esta pretensión ha chocado a lo largo de la historia, con el hecho de que, las organizaciones de educación superior y los actores que en ellas participan, crean internamente intereses particulares, con múltiples vínculos con el exterior, éstos trabajan por alcanzarlos, a costa incluso de los objetivos de la misma universidad. 

Desde el exterior la universidad es vista como una fuente de poder y conflicto, por lo que el gobierno y diversos grupos de interés buscan incidir en ellas y mantener formas de control. En ese contexto, la autonomía universitaria se presenta como la forma jurídica que mejor posibilita el encauzamiento de los intereses internos y externos a las universidades y su subordinación a los fines institucionales.
 

La sociedad del conocimiento y la información, hace que la autonomía cobre mayor relevancia para las instituciones de educación superior, ya que posibilita formas de organización flexibles y con mayor horizontalidad, acordes a cada centro de trabajo y a las necesidades del entorno diverso y cambiante, que permanentemente demanda soluciones innovadoras y eficaces a los grandes
problemas locales, nacionales e internacionales.



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