Por el Rolando Mera Villarruel
Consultor organizacional
Miembro del Consejo Asesor de la AMIAC
Miembro de la REDI
Asesor de la Academia Mexicana de Ingeniería Biónica
rolmera@hotmail.com
twitter @rolandomera
En una de las obras de mayor repercusión sobre las Telecomunicaciones modernas, A Mathematical Theory of Communication, de C. E. Shannon y W. Weaver, editada por la University of Illinios press, en 1949, se define como el concepto de comunicación de una manera muy sencilla: "comunicación son todos aquellos procedimientos por medio de los cuales una mente afecta a otra". Esto incluye voz, texto impreso o escrito, música, artes, teatro y danza.
En la misma obra se amplia la idea anterior para concluir la posibilidad de comunicacion entre máquinas: "comunicación son todos aquellos procedimientos por medio de los cuales un mecanismo afecta la operación de otro", y se menciona explícitamente, como ejemplo, el control de aviones.
En estos días es difícil pensar que alguien niegue conscientemente que la información tiene un valor; la información ha ido ganando importancia conforme la gente que toma decisiones esta convencida de que está se puede asociar a un valor real, frecuentemente ligado a un valor material o económico. Esto distinto de lo que ocurría en otras épocas, en que predominaban otros bienes y servicios, que tenían un mayor valor económico.
A las épocas de grades cambios en la historía de la humanidad, se les han asignado nombres especiales: el Renacimiento, la Ilustración, Revolución Industrial... En nuestros días, última década del siglo XX, es de tal importancia poseer, administrar y transmitir información, que toda la humanidad se ve y se seguirá afectada, influída y posiblemente dominada por quienes tienen, administran y transmiten este recurso, razón por la cual a está época se le han impuesto los calificativos de sociedad de la información o de Revolución electrónica, éste último debido a la facilidad con que se procesa y transmite la información por medio de los sistemas modernos basados en dispositivos electrónicos.
La información se origina en una fuente y se hace llegar a su destinatario por medio de un mensaje a través de un canal de comunicación: el destinatario generalemente se encuentra en un punto geográfico distante, o por lo menos, separado de la fuente. La distancia entre la fuente y el destinatario puede variar desde pocos centímetros (al hablar frente a frente a un volumen normal) hasta cientos y aun miles de kilómetros (como en el caso de transmisiones telefónicas intercontinentales o de transmisiones desde y hacia naves espaciales).
Esto constituye precisamente el problema central de las telecomunicaciones, ya que al haber una fuente que genera información en un punto y un destinatario en otro punto geográfico distante del primero, se trata de saner cuál es la mejor manera de hacer llegar al destinatario la información generada por la fuente, de manera rápida, segura, y veraz. El problema central de las telecomunicaciones también fue definido con claridad por Shannon, nuevamente con una sencillez asombrosa, quien estableció que un sistema de comunicaciones consiste en cinco componentes:
1) una fuente de información,
2) un transmisor de información, cuya función consiste en depositar la información proveniente de la fuente en un canal de comunicaciones,
3) un canal de comunicaciones, a través del cual se hace llegar la información de la fuente al destino,
4) un receptor que realiza las funciones inversas del transmisor, es decir, extrae la información del canal y la entrega al destinatario, y
5) un destinatario.
Describir la forma en que las comunicaciones han evolucionado desde aquellas épocas hasta nuetros días sería equivalente a hacer un relato histórico de la humanidad misma.
Fue necesario el descubrimiento de muchos fenómenos elementales de la física, tales como la electricidad y el magnetismo. Y ya desde la primeta Guerra Mundial se reconoció plenamente el valor estratégico de la transmisión de información, y se le dio además algunos elementos que hasta esos momentos no habían sido considerados importantes: no era suficiente que llegara la información a su destino, sino que debía llegar de manera confiable y segura, sin la posibilidad de ser interceptada o escuchada por otras personas, a pesar de la presencia inevitable del ruido en los canales de comunicaciones. Estos problemas constituyen los temas centrales de la teoría de la información, producto de la mente genial de Claude Edward Shannon.
Dentro del contexto de la ciencia, la tecnología y la ingeniería, es posible afirmar que la riqueza y la belleza de las telecomunicaciones radican en el hecho de que en ella convergen y encuentran un equilibrio la ciencia pura, la ciencia aplicada, la ingeniería y la tecnología. La presencia de la ciencia se puede identificar desde los orígenes de las telecomunicaciones en los trabajos fundamentales de Wiener y Shannon. Por otra parte, la tecnología y la ingeniería se hacen presentes en el momento de convertir dichos conocimientos cientifícos en satisfactores de necesidades humanas.
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